Cerca de este lugar vivía una joven princesa incaica. Que era conocida por todos como Huacca-China (la que hace llorar). Era una princesa de verdes pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un secreto y es que su corazón quedo enamorado de un feliz varón.
La princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. Cierta vez en el hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y sumergió su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en la sabana y al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella.
La princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre las dunas y breñas en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez. La sabana quedó enredada en un zorzal y la princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sabana abierta se hizo arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una conmoción, pues el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua canción.
Los Comatraneros (ciudadanos de la zona) sostienen que existe una corvina encantada, la cual dicen haberla visto, pero más que calan las redes nunca llegan a apresarla. También hay una leyenda de la vieja que toca su cajita para aumentar de ese modo el caudal del agua y es la explicación que da la gente para ese extraño sonido de los cerros cuando lo bate el viento.
LA SIRENA DE HUACACHINA: Una leyenda que
perdura en el tiempo
A solo 5 km al oeste de la ciudad de Ica, rodeada
de palmeras, en medio de las dunas del desierto, aparece como una ensoñación la
laguna de la Huacachina, que antaño gozaba de fama gracias a las propiedades
medicinales de sus aguas provenientes de filtraciones subterráneas. Hasta hace
pocos años, la laguna de la Huacachina era un tranquilo balneario, ideal para
descansar y disfrutar del paisaje. Si bien alrededor de las orillas de la laguna
aún se pueden apreciar sus palmeras datileras, sus añosos algarrobos, sus
antiguas residencias y el remodelado hotel Mossone, hoy ya no es lo mismo debido
tanto a la contaminación de la laguna que hace peligroso bañarse en ella, como
al grave retroceso de las dunas, que están perdiendo altura debido a la masiva
práctica del sandboard (o deslizamiento de arena) y a la numerosa presencia de
autos areneros o tubulares que las atraviesan sin control alguno. Asimismo esta
el problema de su espejo de agua que ha bajado considerablemente si lo
comparamos con el de años anteriores. Es por ello que las autoridades deben
poner mas empeño para contrarrestar estas amenazas y salvar al oasis de su
desaparición y con el, de la leyenda acerca de su origen: Se dice que en tiempos
del Imperio Inca vivía cerca de este lugar una joven princesa, que era conocida
por todos como Huacca-China (la que hace llorar). Era una princesa de verdes
pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el
punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un
secreto y es que su corazón quedo enamorado de un amor no correspondido. La
princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el
árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. En cierta ocasión en el
hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y
sumergió su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en la sabana y
al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza,
quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella. La
princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre la vegetación del
lugar, en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por
momentos dejaban ver su desnudez. La sabana quedó enredada en un zorzal y la
princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sabana abierta se hizo
arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un
salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una
conmoción, ya que el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se
transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua
canción. Los residentes de la zona sostienen que existe una corvina encantada,
la cual dicen haberla visto, pero por más empeño que hagan, nunca llegan a
apresarla en sus redes”.
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