miércoles, 4 de diciembre de 2013

Leyenda de Sleepy Hollow


Leyenda del jinete sin cabeza

(Sleepy Hollow )

 ¿Existió el famoso jinete sin cabeza? La tradición folklórica del norte de América asegura que sí habría existido, sin perjuicio de que los más escépticos y la mayoría de los norteamericanos lo consideran sólo una mera fantasía especulativa recreada por el escritor Washington Irving en 1820, en su relato corto de terror “Sleepy Hollow”, traducida al español como “La leyenda del jinete sin cabeza”.

Como sea que fuere, se cree que Irving se habría basado en una particular leyenda americana para armar su historia. Los relatos más antiguos de Nueva Inglaterra afirman que cierto mercenario alemán, célebre por su ferocidad en el campo de batalla, había viajado en 1776 al continente americano -junto con unos 548 hombres a su mando-, contratado por la Armada británica para luchar del lado de los ingleses durante la guerra de Independencia de los americanos contra Gran Bretaña. Luego de varias escaramuzas y batallas, las que terminaron favoreciendo a los “yankees” (descendientes de ingleses nacidos en suelo americano), los recién llegados que no murieron en los enfrentamientos fueron detenidos y ejecutados.
El alemán y jefe de los mercenarios, en tanto, corrió idéntica suerte. Fue atrapado por los americanos y decapitado con su propia espada cerca de Sleepy Hollow, una villa del pueblo de Mount Plesant, en el condado de Wetschester, Nueva York.
Personas decapitadas
A partir de entonces, algunas crónicas de la época comenzaron a reportar casos de personas muertas y viajeros que fueron encontradas decapitadas en los caminos solitarios y andurriales de ese condado. Como aquellas muertes nunca se aclararon (y, además, las cabezas de los cuerpos nunca se encontraron), ello dio pábulo a que se afirmara que el espectro del mercenario germano era el verdadero causante de los asesinatos y desmembramientos. Para los supersticiosos lugareños, por lo menos, no había dudas: el decapitado alemán había vuelto arriba de su caballo desde la muerte para cobrar eterna venganza, tomando de paso la cabeza de los vivos.
La obra de Irving, en todo caso, obtuvo un éxito inmediato y se ganó un espacio en la imaginación popular como una emblemática figura de terror, en un fenómeno muy parecido a lo que ocurrió con Drácula, el célebre vampiro creado por el escritor irlandés Bram Stoker.
La trama del relato de Irving tiene lugar en un asentamiento holandés en Estados Unidos, en la zona de Valle Dormido, cuna de numerosas leyendas sobre fantasmas. El protagonista es Ichabod Crane, un profesor de escuela que se prenda de una muchacha del lugar y de su fortuna. Volviendo a su hogar tras una fiesta, Crane se encuentra de sopetón con el ominoso jinete sin cabeza -el fantasma de un soldado alemán que perdió la cabeza por una bala de cañón durante la guerra de independencia americana-, quien sale de las entrañas de un árbol maldito. El destino de Crane es incierto, pues a la mañana siguiente sólo se encuentra cerca de un puente su sombrero y los restos de una calabaza.
La leyenda del Jinete sin cabeza, que se transformó con el tiempo también en una suerte de relato de horror tradicional en otros países, recobró nueva actualidad gracias a la película “Sleepy Hollow”, rodada en 1999 por el director Tim Burton, con una nueva versión del relato de Irving, y con las actuaciones de Johnny Depp como Ichabod Crane y Christopher Walken en el rol del jinete sin cabeza.
Desde que la leyenda del Jinete sin Cabeza fue introducida en la cultura popular no sólo apareció en múltiples películas y programas de televisión, sino que también en historietas y y videojuegos. En la actualidad es considerado uno de los íconos más imperecederos del terror de todos los tiempos















El jinete sin cabeza de Tequisquiapan
En 1942, el pueblo de Tequisquiapan estaba aterrorizado debido a que durante las noches se escuchaba el recorrer de un caballo el cual muchos pensaban que era un ser maligno.
Durante las noches más silenciosas se escuchaba como recorría un caballo las calles, pero solamente se lograban escuchar tres cascos, por lo que las personas pensaban que solamente tenía tres patas o que se trataba de otro animal.
Un día, Don Julián, un señor del poblado, decidió salir averiguar a qué era lo que todos le tenían miedo, al salir de su casa observo como un caballo negro con un hombre montado y un perro negro se acercaban, Don Julián observo como el caballo si tenía cuatro patas pero no lograba ver la cabeza del jinete porque este llevaba un sombrero. Don Julián comenzó a sentir miedo pero no se movió del lugar, el caballo se detuvo a un lado de él y Don Julián solamente dijo Buenas noches, a lo que el jinete le contesto Buenas noches Don Julián, el en ese momento se quedó sorprendido de que conociera su nombre, pero antes de preguntar cómo era que lo conocía, el jinete le pregunto que donde vivía Don Luis Nieto que necesitaba verlo porque tenían asuntos pendientes, Don Julián contesto que ese hombre ya llevaba años muerto, el jinete quedo en silencio y simplemente dio media vuelta y comenzó a marcharse, mientras hacía esto Don Julián observo como el sombrero se encontraba sostenido por sus hombros y que no tenía cabeza el jinete, Don Julián corrió a su casa y desde entonces ya no se volvió a escuchar el caballo durante las noches


Jinete sin cabeza
















la leyenda del jinete sin cabeza 2

La leyenda cuenta que en pueblo muy alejado de la ciudad, se contaban entre los pobladores que existía un jinete que recorría las noches y que su caballo era muy hermoso, la gente muy extrañada, ya que solo salía en las noches y todo de negro incluyendo su caballo que era color negro.Una noche triste de lluvia, y con relámpagos, el jinete dejo desapareció. Con el tiempo y paso de los años, la gente del pueblo ya lo había olvidado, pero una noche muy parecida a cuando desapareció, el jinete se volvió a escuchar, pero en esta ocasión la curiosidad fue muy fuerte y muchas personas se asomaron por la venta y puertas, para ver quien era este personaje. Un relámpago callo a pocos metros del Jinete y este lo ilumino, al ver que no tenia cabeza, la gente horrorizada cerraron sus ventanas y puertas.















leyenda del rio rimac


leyenda del rio hablador : Rimac

Hace mucho, vivía en la cima celestial el dios sol, conocido también como Inti. Había también un joven dios de gran postura y sumamente bondadoso llamado Rímac, quien de vez en vez bajaba al mundo de los humanos a contarles bellas historias, por lo que era muy querido y reverenciado.
Un día que acompañado de los demás dioses miraba hacia la tierra por las ventanas del palacio dorado, vio que los llanos junto al mar eran azotados por una gran sequía; las hierbas, las flores y los árboles se marchitaban, también los hombres y animales morían de sed.
Los dioses se alarmaron y acudieron al dios Inti, su padre, a pedirle que librase a los hombres de la costa, de aquella horrenda sequía. Pero el Inti les dijo que era imposible, pues según las leyes celestiales solo sacrificando a uno de ellos en el altar de fuego podrían conseguir agua.
Los dioses alarmados por esta circunstancia, acudieron al dios Inti su padre, a pedirle que librase a los hombres de la costa, de aquella horrenda sequía. Pero el Inti les dijo que era imposible, pues según las leyes celestiales solo sacrificando a uno de ellos en el altar de fuego podrían conseguir agua.
Los dioses tristemente callaron, pero ante la sorpresa de todos, Chaclla, la más bella y virtuosa de las hijas del sol, se puso delante de su padre y se ofreció voluntariamente al sacrificio.

Rímac que adoraba a su hermana, se arrodilló implorante ante su padre y pidió a Inti que lo sacrificase a él en vez de ella, pero Chaclla, aun cuando agradecía su gesto, no aceptó aduciendo que los hombres echarían de menos las bellas historias que Rímac sabía contarles.

Rímac insistió, finalmente a ruego de ambos y ante la resignación de Inti, los dos se dirigieron al altar de fuego para el sacrificio. El dios sol pudo una vez completo el ritual hacer llover la tierra.
Agradeciendo a los cielos, los yungas, así llamados antiguos hombres de la costa, recibieron el agua, llenos de alegría.

Rímac y Chaclla, esparcidos en infinidad de gotas caían ambos sobre las montañas cercanas al gran valle de Lima, y luego convertidos en un tormentoso río corrían jugando y riendo, hacia el mar. Una vez allí, volvieron a elevarse en forma de nubes, persiguiéndose siempre, llegaban al cielo para caer de nuevo.

Pero esto solo duró cuarenta noches al cabo de los cuales, Chaclla quedó convertida para siempre en lluvia y Rímac su hermano en el más bullicioso río de la costa peruana.


La leyenda dice que quienes suelen sentarse a orillas del río Rímac y se ponen a escuchar con atención perciben claramente como el murmullo de sus aguas se disuelve en una voz humana que cuenta bellísimas historias de este y de antiguos tiempos, por eso se le llama “Rio Hablador”.











El tunche


El tunche
La leyenda dice que existe un demonio, llamado “El Tunche”, que vaga en la selva peruana; es un alma en pena que deambula libremente entre las trochas de la exótica selva, y cobra la vida de todo aquel que se interne demasiado en ella. Su sola presencia es simplemente mortal.
Cuenta la historia que esta alma antes fue un hombre atormentado y que ahora, vaga totalmente endemoniado acercándose lentamente a sus víctimas sin emitir sonido alguno y, cuando ya está cerca de aquellos que andan solos por el camino, silba, anunciando la muerte del que lo escucha.
Su desgarrador silbido persigue al que huya de él, y a medida que se va acercando su volumen aumenta, así que por más que corras, sentirás su presencia cada vez más cerca de la cual no escaparás.
Aquellos pocos que se han salvado de morir llevados por el Tunche, han perdido la razón; de repente por la aparición o al endemoniado silbido de su presencia.
Nadie sabe exactamente lo que es, pero lo que si tienen varias versiones en común es que el “Tunche” es un ser mítico que vive en la selva peruana, capaz de adoptar cualquier forma con la finalidad de seducir y lograr que lo sigan la única diferencia entre el ser original del cual adquiere la forma y el “Tunche” son los pies, el “Tunche” se caracteriza por tener patas de cabra, es lo único que no puede transformar en su ser.
Sobre el destino de las víctimas es incierto, no se sabe si los abandona a su suerte y mueren de hambre o devorados por algún otro animal, o son devorados por el mismo “Tunche”.
Muchos hemos visto o sentido, presencias extrañas, sin embargo el mal puede tener diferentes formas.































canto del tunche

cueva del tunche


El Tunche, la leyenda de la selva



La sapiencia no solo se ve plasmada en libros o frases célebres, también, está inmortalizada en la tradición, en mitos y leyendas que han sido simplemente transmitidos de boca a boca, lo cual llena de misticismo y tradición cada pueblo o región.
En la selva, la leyenda de El Tunche es una de las más conocidas. Un alma en pena que divaga en la espesa jungla para quitarle la vida a aquel curioso que se adentre en la silenciosa noche de la selva peruana.


Cuentan la leyenda que antiguamente había un hombre atormentado por el mal y que al morir, su alma impura y de un corazón mellado por el odio, empezó a vagar por la inmensa selva en busca de victimas perdidas. Dicen que cuando El Tunche se acerca, se escucha un intenso silbido, el cual anuncia la muerte de quien lo escucha.


Esta leyenda agrega que El Tunche, al ser un alma en pena, puede adoptar cualquier imagen para confundir a su víctima. Durante años el pueblo se ha ido llenando de testigos; quienes, al escuchar el silbido de la muerte corrieron sin mirar atrás, abatidos por el miedo y buscando la primera luz de salida de la gigantesca selva.
Esta y muchas leyendas se esconde bajo las ramas de la frondosa selva. La experiencia es la única forma de conocer y saber qué sentir cuando escuches el verdadero silbido de este demonio. Si vas a la selva; ya sea Iquitos, Tarapoto, San Ramón, etc. No olvides de preguntar por El Tunche, quizá te encuentres hablando con un testigo.





Leyenda de la huacachina

Leyenda de la huacachina

Cerca de este lugar vivía una joven princesa incaica. Que era conocida por todos como Huacca-China (la que hace llorar). Era una princesa de verdes pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un secreto y es que su corazón quedo enamorado de un feliz varón.

La princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. Cierta vez en el hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y sumergió su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en la sabana y al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella.

La princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre las dunas y breñas en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez. La sabana quedó enredada en un zorzal y la princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sabana abierta se hizo arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una conmoción, pues el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua canción.

Los Comatraneros (ciudadanos de la zona) sostienen que existe una corvina encantada, la cual dicen haberla visto, pero más que calan las redes nunca llegan a apresarla. También hay una leyenda de la vieja que toca su cajita para aumentar de ese modo el caudal del agua y es la explicación que da la gente para ese extraño sonido de los cerros cuando lo bate el viento.
















LA SIRENA DE HUACACHINA: Una leyenda que perdura en el tiempo


A solo 5 km al oeste de la ciudad de Ica, rodeada de palmeras, en medio de las dunas del desierto, aparece como una ensoñación la laguna de la Huacachina, que antaño gozaba de fama gracias a las propiedades medicinales de sus aguas provenientes de filtraciones subterráneas. Hasta hace pocos años, la laguna de la Huacachina era un tranquilo balneario, ideal para descansar y disfrutar del paisaje. Si bien alrededor de las orillas de la laguna aún se pueden apreciar sus palmeras datileras, sus añosos algarrobos, sus antiguas residencias y el remodelado hotel Mossone, hoy ya no es lo mismo debido tanto a la contaminación de la laguna que hace peligroso bañarse en ella, como al grave retroceso de las dunas, que están perdiendo altura debido a la masiva práctica del sandboard (o deslizamiento de arena) y a la numerosa presencia de autos areneros o tubulares que las atraviesan sin control alguno. Asimismo esta el problema de su espejo de agua que ha bajado considerablemente si lo comparamos con el de años anteriores. Es por ello que las autoridades deben poner mas empeño para contrarrestar estas amenazas y salvar al oasis de su desaparición y con el, de la leyenda acerca de su origen: Se dice que en tiempos del Imperio Inca vivía cerca de este lugar una joven princesa, que era conocida por todos como Huacca-China (la que hace llorar). Era una princesa de verdes pupilas, áurea cabellera y que cantaba de una manera extraordinaria hasta el punto que todo aquel que escuchaba su melodía lloraba, porque ella tenía un secreto y es que su corazón quedo enamorado de un amor no correspondido. La princesa buscaba un rincón donde llorar y al hallarse libre, cavaba ante el árbol un hueco donde hundir el dulce nombre de su amor. En cierta ocasión en el hueco que había abierto en la arena, ante el algarrobo, se llenó de agua tibia y sumergió su blanca desnudez. Cuando salió del baño, se envolvió en la sabana y al verse en el espejo, descubrió un espía, un cazador, que al ver su belleza, quedó prendado de sus encantos, viniéndose como un sátiro, hacia ella. La princesa huyó seguida obstinadamente por el cazador entre la vegetación del lugar, en las cuales iba dejando trozos desgarrados de su manto, que por momentos dejaban ver su desnudez. La sabana quedó enredada en un zorzal y la princesa quedó desolada sin fijarse en nada. Entonces la sabana abierta se hizo arenal. Siguió huyendo la princesa con su espejo en alto, cuando quiso dar un salto tropezó y de su puño falto de fuerzas, se escapó el espejo. Y ocurrió una conmoción, ya que el espejo roto se volvió una laguna y la princesa se transformó en una sirena que en las noches de luna sale a cantar su antigua canción. Los residentes de la zona sostienen que existe una corvina encantada, la cual dicen haberla visto, pero por más empeño que hagan, nunca llegan a apresarla en sus redes”.